La antigua cultura maya, celebraba de forma particular el nacimiento de uno de sus integrantes, siendo al momento del parto, de gran importancia algunos preparativos con particularidades como: el uso de sabanas blancas colgadas sobre el centro de la habitación y en su alrededor hierbas medicinales, acompañado con una pequeña fogata de la cual brotaban brasa para la quema de incienso en signo de pureza.
Conoce mas de los rituales de la cultura maya en medio de nacimiento de un bebe en este articulo.
Como celebraban en la cultura maya el nacimiento de un bebe

Los mayas fueron una de las civilizaciones mesoamericanas de mayor importancia en épocas anteriores a la colonia, de una brillante y poderosa cultura extendida sobre el continente americano, que perduro por un periodo largo de más de tres mil años.
Rituales mas importantes para el nacimiento de un bebe
Sus tradiciones, costumbres y rituales de una particularidad que impresiona a las nuevas generaciones, en tanto que denota de las mismas una forma especial de ver el mundo en respeto de la naturaleza, a quien debían toda su vida y su ser.
En este aparte, hoy nos ocuparemos de las características propias de la cultura maya en medio del nacimiento de un bebe, como uno de los acontecimientos más importantes para sus pueblos, donde con ritos se bendecía al nuevo integrante de sus tribus al ser el milagro más grande en regalo de los Dioses para su comunidad.
Al momento del parto, la madre solía ser acompañada por otras mujeres del clan, además de la una experta comadrona, nombre que actualmente podría reconocerse como el que hoy en día reciben las parteras. Mujer que, aunque no figuraba como miembro sacerdotal (sabios) ni tampoco pertenecía al vinculo de la nobleza, si gozaban de un distintivo social importante.
La habitación para el parto, era preparado con anticipación y en el centro del mismo, no debía faltar telas o sábanas blancas colgadas, formando un altar decorado con ramas o hierbas usadas tradicionalmente en sus costumbres medicinales, además del fuego que permitía quemar incienso en signo de pureza, sinónimo un recién nacido.
El incienso era colocado sobre cada una de las esquinas de la habitación, de forma tal que, él bebe se encuentre rodeado de el aroma que de esta mágica plata se desprende. Las oraciones a los dioses no se hacían extrañar, pues con ellas buscaban la protección divina, especialmente a la diosa Ixchel, diosa de la gestación, de las más poderosas del panteón de los mayas.
En cuanto al padre y los demás familiares del recién nacido, estos debían estar presentes a la hora del parto, siendo el padre del bebe, el encargado de sostener los brazos de la madre, a dar a luz en forma de curquilla.
La parte final consistía en cortar el cordón umbilical con un cuchillo de obsidiana, siendo la sangre que quedaba en el mismo derramada o limpiada con una mazorca de maíz, que posteriormente se desgranaba y sembraba, para que de sus frutos pueda salir el primer alimento diferente al de la leche materna para el recién nacido.